UN ESTUDIO DE IDRA ALERTA DE QUE UN TERCIO DE LAS MUDANZAS DE MADRID Y BARCELONA SON ‘DESAHUCIOS INVISIBLES’.
Ser inquilino en España ‘es sinónimo de inseguridad vital y estrés financiero’. Así lo asegura un estudio del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona, elaborado en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid, la de Leeds (Gran Bretaña) o la de Leipzig (Alemania) a partir de indicadores públicos y encuestas a un millar de inquilinos de Madrid y otro millar de Barcelona y financiado con fondos europeos.
La investigación sitúa el fin de los contratos indefinidos y el aumento de los temporales (de cinco o siete años de duración desde 2019, según el tipo de propietario) como origen de la inestabilidad, porque al finalizar deja al inquilino desprotegido, lo que a su vez eleva la cifra de contratos que se firman, fruto de una gran rotación de los inquilinos.
En las encuestas, el 90% de los inquilinos de Madrid y Barcelona responde que tienen contratos temporales de mercado. Solo el 7,6% son de renta antigua o sociales. El trabajo señala que la finalización de los contratos empuja los precios al alza más allá del IPC, que casi el 70% de los inquilinos de Madrid y el 65% de Barcelona destinan más de un 30% de sus ingresos a pagar alquiler y los suministros (agua, luz, gas...), o que más del 60% se han mudado en los últimos años.
Fuente periodística: 'EL PAÍS'